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Stan Douglas

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Douglas

Stan Douglas. Two Friends, 1975, 2012. Courtesy of the artist, David Zwirner, New York/London and Victoria Miro, London.

Disco Angola | Historias

Reconstruir algo pasado tiene siempre un aliciente curativo, una especie de recordatorio de lo que algo fue en pos de superarlo. Comparar dos contextos radicalmente diferentes para ver en ellos lo que hay de común es parte de lo que Stan Douglas hace en Disco Angola. Desde el Nueva York previo a la bancarrota, en los primeros años de la era disco, antes de que abriera el mítico Studio 54, a una Angola que lucha contra la colonización portuguesa y antes de que estallara la guerra civil que durante 27 años asolaría el país. Y es que Douglas toma aquí el papel del que mira, del que fotografía en la sombra de los acontecimientos a modo de observador testigo, neutral (como si esto fuera realmente posible). Un personaje ficticio, que es reportero y periodista, le camufla entre ambos mundos, opuestos, imposibles de comparar (¿o sí?). La mezcla del comienzo del disco y de la revolución en Angola sin duda nos muestra las posibilidades de lo que parece en calma, de lo previo al cambio, a la caída. En esta fiesta de opuestos los soldados bailan capoeira, y los invitados al baile miran aburridos a la cámara, con pocas ganas de moverse o bailan esa canción, Kung Fu Fighting, que enseñaba a ser Bruce Lee. “A luta continua” para una joven que mira sin afán a la cámara y que parece preparada para la pista de baile. ¿Quién está en la discoteca y quién en Angola? Se llegan a confundir. ¿Puede ser Douglas un reportero, sin más? No lo parece, al menos no en esta serie, donde la conexión entre Nueva York y Angola se acorta.

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