Opera
Todo el trabajo de Fréger tiene el eje conductor de la relación que existe entre la individualidad característica de cada persona y su pertenencia a una comunidad determinada. Así, desde militares a deportistas, desde a actores a estudiantes, la práctica totalidad de posibilidades de uniformes existentes han pasado por delante de su cámara. Todo empezó en 1998, cuando un barco de la armada francesa recaló en Ruán y Fréger pidió permiso para retratar a su tripulación, iniciando un trabajo que ha recibido el nombre genérico de Portraits photographiques et uniformes.
Fréger ha hecho del uniforme, tomando éste en sentido amplio ya que incluye también el vestuario de teatro o los disfraces de los carnavales tradiciones, una idea alrededor de la cual se plantean cuestiones entorno a la identidad y su relación con el entorno y de cómo esta identidad se define de formas diferentes cuando se cruza con conceptos singulares como lo éxotico, la idea de poder, el paso del tiempo, etc.
En el aspecto formal, sus retratos han evolucionado a lo largo de los años. De los primeros, que entrarían en la tradición de los de August Sander o Alphonse Bertillon y le vincularían a lo antropológico, estudiar y conservar imágenes de grupos en vías de desaparición, ha llegado a los más recientes, como los del grupo dedicado a la Ópera de Pekín, que han ganado en movilidad, perdiendo su aspecto frío y hierático, desarrollando no tanto la individualidad de cada persona, sino dotándoles de una mayor presencia como personajes, de una fuerza que evidencia lo que la pose tiene de puesta en escena y también de cómo la indumentaria colabora en esta escenificación.
Todas las imágenes: Charles Fréger. Opera, 2005-07. Courtesy of the artist.…
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