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Carles Guerra

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Susan Meiselas. Aisha, Room 1, Refuge B, A Room of Their Own series, 2015-17. Courtesy of the artist.

Esta habitación es sin duda una de las más despojadas que uno pueda imaginarse. Ni siquiera da la impresión de ser el lugar que le pertenece a alguien. Más bien parece una zona de tránsito. La pintura de bodegón más triste y más pobre. La cama, la botella de Cocacola medio vacía y el cargador de movil abandonados en la esquina. Ni una sola pista. Todos los indicios han sido substraidos. Son, tal vez, las últimas posesiones de quien haya dormido en esta cama.

Sin duda, este es el punto cero de una vida. Pero también lo es de la fotografía. No hay apenas nada que ver, nada que recordar. Con el cuerpo ausente la fotógrafa ha tenido todo el tiempo del mundo para escoger el ángulo. Y sin embargo, eso no es lo que hace que esta imagen me resulte más relevante o significativa que otras. El ángulo escogido evita todo dramatismo, por si acaso alguien estuviera tentado de sentir compasión ante esta escena.

Susan Meiselas tomó esta fotografía en un albergue para mujeres en la región central de Inglaterra, en otro tiempo una zona industrial minera. El proyecto A room of Their Own incluye vistas de habitaciones en las que, si hay mujeres, son tratadas de tal modo que la fotografía evita desvelar su identidad. Lo que se hace visible en esta serie de imágenes es la institución que las acoge y les concede una habitación. Un lugar en el que repararán sus heridas.

Sin duda, este es el punto cero de una vida. Pero también lo es de la fotografía

Para Susan Meiselas este no es un tema nuevo. En 1991, después de haber testimoniado la violencia de los conflictos en Centroamérica, realizó su primer acercamiento a la entonces denominada “violencia doméstica”, un eufemismo insostenible. Ante la imposibilidad de testimoniar la violencia machista con la cámara, Archives of Abuse (1991-1992) refotografiaba los archivos de la policía de San Francisco, en aquel entonces la primera de las instituciones encargadas de acoger a las víctimas.

En la medida que toda violencia tiene por objetivo propagarse, esta forma tan contenida de mostrarla rompe con las complicidades que permiten su difusión acrítica. Multistory encargó este proyecto a Susan Meiselas para dar imagen a una de las iniciativas que, a pesar de lo poco que pueden hacer por evitar esa violencia, la socorren en primera instancia.…

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