Desvanecerse y permanecer
¿Qué nivel de precisión hay en nuestra memoria? ¿Recordamos con exactitud el rostro de aquellos que se han ido? Probablemente, no del todo y lo cierto es que asusta —y entristece— reconocer que, en nuestro recuerdo, la imagen de aquellos a quienes hemos querido pueda estar ya algo difuminada.
Bill Jacobson es especialmente conocido por haber construido un cuerpo de trabajo en el que, a través de la experimentación con distintas lentes, difumina, desvanece, aquello que fotografía. De algún modo cuestiona o reta la capacidad más científica del hecho fotográfico: la traducción fidedigna y precisa de aquello que se capta y, por el contrario, apuesta por priorizar cierta inmaterialidad de la luz y la forma etéreas.
¿Qué nivel de precisión hay en nuestra memoria? ¿Recordamos con exactitud el rostro de aquellos que se han ido?
Los proyectos Interim Portraits y Thought series —esta segunda, la última que el fotógrafo dedicó propiamente al rostro humano— de Jacobson tienen algo que ver con la memoria y con lo que se desvanece. Ambas fueron realizadas en la década de los noventa, a principios y finales de la misma, un contexto especialmente marcado por la crisis del VIH/Sida en el que la relación con los cuerpos era muy frágil y la pérdida de amigos y seres queridos estuvo muy presente en algunas comunidades. Este contexto dio pie a una crisis de la representación en el que el género del retrato tuvo que ser revisado, pues el cuerpo era vulnerable hasta desaparecer y el mero hecho de retratar a alguien podía enseguida convertirlo en un recuerdo tras su muerte. Quizás entre la presencia y el desvanecimiento, entre la definición y el fuera de foco, como proponen estos trabajos, fuera una de las salidas entre todas las posibles.
A pesar de que Bill Jacobson no pretendía que sus imágenes hablaran de una manera explícita de la epidemia —de hecho no hay que considerar que estemos, necesariamente, ante retratos de personas afectadas directamente por el virus—, la recepción por parte del público es que se trataba de unas imágenes representativas de cómo se sentían muchos en ese momento extremo de pérdida y ausencia, pues había una relación entre los retratos que Jacobson estaba haciendo y la sensación de que gran parte de una generación se estaba, literalmente, desvaneciendo.…
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