post_type:dossier
Array ( [0] => 94362 [1] => 94363 [2] => 94364 [3] => 94365 [4] => 94366 [5] => 94367 [6] => 94368 [7] => 94369 [8] => 94370 [9] => 94371 [10] => 94372 [11] => 94373 [12] => 94374 [13] => 94375 [14] => 94376 [15] => 94377 [16] => 94378 ) 1
size_articulos_ids: 17
Current ID: 94371
Current pos: 9
Articulo anterior: Martin Klimas
Articulo siguiente: Mark Klett y Byron Wolfe
prevID: 94370
nextID: 94372
anterior

Beth Moon

siguiente
Moon

Todas las imágenes: Beth Moon. Odin’s Cove series, 2012. Courtesy of the artist: www.bethmoon.com

La Ensenada de Odín

Cuando hablamos de animales estamos hablando realmente de nuestra relación con esos animales. Una relación a veces real, a veces imaginaria. A través de los animales nos hacemos más humanos y, sobre todo, a través de los animales descubrimos el mundo con otros ojos. Vemos cosas que sin ellos no existirían para nosotros, comprendemos el mundo y entendemos los conceptos de naturaleza, belleza, libertad, de otra manera.

Illustration

En La ensenada de Odín, Beth Moon (California, 1955) nos habla de un lugar, de un paisaje en el que celebra la belleza de la naturaleza en estado puro, como pudo haber sido desde los orígenes del mundo. Unos acantilados donde bien los cuervos. Y nos habla también de su especial relación con una pareja de cuervos que le ayudan a entender esa belleza vieja y mágica a la vez. A través del vuelo de esos pájaros y de la confianza que poco a poco Moon supo generar en ellos observa un paisaje que es sinónimo de libertad, donde el graznido de los cuervos, su respiración su forma de relacionarse entre ellos, sus vuelos, el ruido del aleteo de sus alas, sus suspiros llenan de vida y de música un espacio natural aislado del mundo y de la realidad. Es la costa de California, pero la presencia de estos cuervos y las imágenes que construye Moon nos sitúa en el fin del mundo, unos acantilados mágicos, con el mar y el viento al servicio de los cuervos. Durante un periodo de tres años la artista viajó a este lugar y fue desarrollando su relación con la pareja de cuervos hasta que consiguió su confianza, una especie de amistad interracial, que le ayudó a compren sus diferentes personalidades, en parte profetas, en parte piratas, magos y traviesos. Esta serie es un recuerdo de la lealtad entre los cuervos, de su profunda relación, del territorio en el que habitan y de su vida en libertad, lo que algunos llaman vida salvaje.

Este artículo es para suscriptores de ARCHIVO

Suscríbete