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Benjamin Price

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Benjamin Price. Bus Stop in Devon, 2018. Courtesy of the artist.

“¡Circulen! No hay nada que mirar”

Las fotografías de aeropuertos, estaciones de tren, paradas de autobús y gasolineras de Benjamin Price expresan una poética aporía, una paradoja vibrante. Si bien el fotógrafo registra con su cámara aquellos no lugares por los que transita en sus viajes, aquellos “espacios sin identidad ni historia destinados al consumo” —como afirma el propio artista—, su manera de captar estas imágenes nos transporta a ese instante concreto en el que ralentiza su caminar, al momento detenido en el espacio anónimo y uniforme —ahora singularizado por la mirada de Price—. Mediante un cuidadoso tratamiento de la imagen, el artista pone el foco de atención sobre el entorno acelerado, habitualmente desatendido y denostado, concebido como espacio meramente de pasaje, de circulación infinita —espacio basura–. Lejos de acentuar su uniformidad y anonimato, las fotografías de Price evocan una densa atmósfera, una extraña inquietud, una honda sensación de misterio y teatralidad: una cautivadora realidad fugaz se presenta sosegada e incierta ante nuestros ojos. Su aura nos envuelve, nos atrapa; nos imbuimos en la imagen y esperamos a ver qué sucede, expectantes como el espectador intrigado que comienza una película.

Con su forma de mirar y pausar el tiempo (y el espacio), Price se compromete con el no lugar hasta desvelar sus potencialidades poéticas. Sus fotografías manifiestan una dedicada y delicada atención al espacio desangelado e inhóspito. La iluminación cobra un protagonismo fundamental en todas ellas. Miremos con atención: la luz amarillenta de las farolas impacta contra la parada del autobús y la abraza; el fulgor verdoso de unas lámparas de techo invade el largo pasillo de una estación y acompaña el tránsito del peatón nocturno; una iluminación clara pero amable envuelve el espacio de circulación de una cinta transportadora; la luz natural entra por los ventanales de un aeropuerto hasta casi impedirnos atisbar el despegue y aterrizaje de los aviones; en la gasolinera, los focos alumbran de manera cenital el espacio sin otorgarle una apariencia clínica… Ante nuestra mirada expectante, estos espacios, que “no son ni destinos ni puntos de partida” —como apunta el propio Price—, se convierten finalmente en el destino de nuestra contemplación estética, en el punto de partida de nuestra imaginación.

Illustration
Benjamin Price. Hong Kong Airport 1, 2018. Courtesy of the artist.

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