La cámara hace al humano. Entre la técnica y el concepto
Anne Collier trabaja solamente en su estudio con una cámara de gran formato. Sus fotografías reciben tanta influencia de la fotografía técnica y comercial de los años sesenta y setenta como de los enfoques recientes del fotoconceptualismo. Collier se decanta por una estética casi forense, y documenta objetos encontrados incorporando simbolismo fotográfico –fundas para discos, revistas, rompecabezas, postales y libros– para crear una forma de vida estática. Abiertas a la melancolía y la nostalgia, las imágenes de Collier se sitúan en el umbral de lo personal y lo universal e invocan asociaciones formales y psicológicas complejas.
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