Durante diez años me pasé los fines de semana haciendo fotos en discotecas rurales de Lituania. La mayoría de ellas están situadas en casas de cultura de la época soviética. A veces me ponía a rebuscar en las habitaciones traseras y encontraba cuadros de Lenin rotos, pósteres de películas soviéticas, máscaras de gas y demás vestigios de la URSS. Me fascinaban todos esos escombros de un imperio muerto. Aquello parecía el telón de fondo perfecto para hacer una serie de fotografías sobre los jóvenes lituanos: un pasado en decadencia y el futuro incierto de una nueva generación, todo en la misma estancia. La gente a la que fotografiaba alucinaba al verme en las discotecas locales. ¿A santo de qué iba a venir nadie desde los Estados Unidos, con lo lejos que estaba, para hacerles fotos? Mi familia es de origen lituano, pero sin duda a mí me delataba el marcado acento con el que chapurreaba el idioma. La verdad es que el hecho de ser de fuera seguramente me hacía resultar menos amenazante y me protegía. La gente va a la discoteca local a emborracharse, a ligar, a bailar y algunas veces a por bronca. Mis amigos me advertían una y otra vez de que no fuera yo solo a esos sitios, pero no les hacía caso. A veces sentía una ansiedad tremenda cuando me metía en el coche, dejaba atrás las luces familiares de Vilna y me metía por desiertas carreteras secundarias buscando discotecas. Nunca sabía lo que me iba a encontrar, pero la posibilidad de descubrir una discoteca en mitad de la oscuridad, con música vibrante y luces de colores escapándose por las ventanas, me empujaba a seguir adelante.
Hoy en día las discotecas rurales tienen menos tirón. Los jóvenes lituanos se van a vivir a la ciudad o se marchan a Europa occidental y a los Estados Unidos en cuanto pueden
Hoy en día las discotecas rurales tienen menos tirón. Los jóvenes lituanos se van a vivir a la ciudad o se marchan a Europa occidental y a los Estados Unidos en cuanto pueden. Pero, en mi opinión, esto no marca el fin de las discotecas rurales. El solsticio de verano o Jonine˙ s (el día de San Juan Bautista) es una de las fiestas más importantes de Lituania. Aunque su nombre rinda homenaje a un santo cristiano, el origen de esta fiesta es de lo más pagano.…
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