Figura y fondo | Miniatura
Andrew B Myers creció en el campo, en el suroeste de Ontario, en un pueblo sin apenas gente, vacío, lo que le dio pie a desarrollar su afición por coleccionar pequeñas cosas muy coloridas. También le atraían las representaciones esquemáticas de los diagramas y los códigos de color de las banderas. Cuando más tarde entró en la escuela y adquirió su primera cámara de fotos, su pasión se convertiría en su vocación, haciendo de sus composiciones con objetos en escenarios aparentemente sencillos, el motivo de sus fotografías.
Son tan pequeños, tan diminutos los objetos que protagonizan sus imágenes que hay que pararse, al menos unos segundos, para darse cuenta de si lo que se está viendo es realmente una fotografía. Estas coloridas imágenes recuerdan a veces al papel de regalo, de ese con el que se envuelven los paquetes en los momentos más especiales.
Piezas de puzzle, juguetes, gominolas, un juego de cartas… Todo se puede transformar en minúsculo atrezo en el trabajo de Myers. Fondo y figura se confunden en sus fotografías. La sensación de profundidad espacial se pierde. Los fondos no permiten distinguir, al primer golpe de vista, dónde se encuentran situadas las figuras.
Quizá sea su juventud lo que alienta la esencia de su trabajo, llena de alegría, aunque en sus series se podría hablar también de una evidente influencia del arte pop, con una luz absoluta que envuelve toda la escena y que genera, en algunas figuras, sombras muy marcadas.…
Este artículo es para suscriptores de ARCHIVO
Suscríbete