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Amparo Garrido

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Detalle de: Amparo Garrido. Soy tú, 2010. Courtesy of the artist.

Sobre perros, la mirada y el deseo y Soy tú

Érase una vez y hace mucho tiempo… Cuando era joven y volvía a casa por las noches, había perros vagabundos, que andaban sueltos por las calles. Perros que te miraban, que te seguían, que te ladraban… Perros muertos de hambre, perros tiñosos, perros maltratados, perros abandonados que se buscaban la vida como podían.

¿O acaso era yo, que tenía visiones?

Aparecían cuando menos te lo esperabas, y cuando los veía, me quedaba paralizada. ¿Me va a atacar? ¿Me va a morder? ¿Qué quieren de mí? También recuerdo amigos que tenían perros en sus casas, pero también me daban miedo. Hice esta primera serie que se llama Sobre perros, la mirada y el deseo para poder mirar a estos seres, mirar de frente eso que me aterrorizaba. ¿Qué descubrí cuando empecé a verlos en las hojas de contacto? Que los perros eran un significante que tenía encriptado un significado que era propio, sólo mío, algo que solo veía y sentía yo. Este descubrimiento no afectó para nada al resultado del proyecto, ni lo que veían en él los demás. Una cosa era donde estaba yo, y otra, el proyecto.

Esta serie se convirtió en una exposición y luego siguió su camino. Se llenó de otros significados y gustó o no gustó, y convocó sentimientos, emociones, amores u odios… Pero yo descubrí algo valioso, crecí como ser humano y entendí cosas que posteriormente han sido clave.

La segunda vez que quise mirar y fotografiar de nuevo a los perros fue 12 años después. A la nueva serie la llamé Soy tú. Esta vez hice las fotografías en color y utilicé mi primera cámara digital profesional. La experiencia también fue reveladora. Cuando empecé a ver las imágenes en el ordenador, continué viendo “el significante”, pero, esta vez, lo encriptado contenía otro significado. Había más distancia.

Amo la fotografía. Gracias a ella puedo mirar desde otro lugar. A través de ese artefacto que es la cámara y el objetivo, desde ese lugar privilegiado, puedo mirar y pensar el mundo. Eso es lo que más disfruto y lo que más valoro. Elijo lo que quiero que esté dentro del cuadro y lo que dejo fuera, calculo la profundidad de campo, elijo el ISO que me interesa y aprieto el botón cuando siento que mi cabeza y mi corazón están perfectamente alineados.…

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