Usos y significados del paisaje
Nunca se habla de cómo se afronta la fotografía desde el intimismo, desde la soledad, desde la timidez. Incluso desde el miedo. Los viajes, en soledad, los mapas, estudiar el territorio del mundo es una forma. El archivo de las cosas, el recuerdo de una memoria que crece con todo lo que nunca vimos ni hicimos es otro camino. La fotografía sirve para reconstruir el cosmos. Hacer un mundo lleno de recuerdos que no son nuestros pero que los atrapamos como en una red de una araña aburrida.
Alex Dorfsman (1977, Ciudad de México) trabaja sobre el paisaje, lo construye y reconstruye a partir de la imagen fotográfica, lo que equivale a decir con la mirada. Unas gotas de resina, una condensación en un lago en una vereda de una pequeña ciudad de Japón genera en sus fotografías mundos de lava, cosmologías desconocidas. Cambian así los usos y los significados del paisaje. Como cambia también su personal álbum familiar fotografiando otras fotografías que renuevan una memoria en continua alteración, entre caprichosa y triste. Dorfsman reconstruye con su mirada y la fragmentación minuciosa del mundo más cotidiano e insignificante, un atlas de su propia geografía. El atlas universal de Alex Dorfsman.
Sus estudios de pintura, que inicia en la infancia, le derivarían en la fotografía un poco después; más tarde en la imagen en movimiento, pero siempre desde una mirada de científico melancólico que le hace cortar la imagen, llegar y regresar desde la fotografía a la fotografía en un viaje infinito dentro de la imagen. Viajero impenitente, al final apenas un recuerdo de una estatua, de un reguero de espuma o de un reflejo indefinido en un espejo, formarán las notas de esas páginas de su biografía, los recuerdos de un lugar. La fotografía lo atrapa y lo transforma todo, iniciando un proceso interminable hacia lo más profundo de la idea de foto, allí donde la realidad y la abstracción son una sola cosa, y la memoria propia y la ajena se mezclan hasta lo común.
El viaje es imprescindible para volver a mirar cuando se regresa a casa. Imprescindible y a la vez innecesario, porque se ve solo lo que el ojo decida.…
Este artículo es para suscriptores de ARCHIVO
Suscríbete