Acostumbrados a relacionar el concepto de “expresionismo” a la pintura alemana del siglo XX, el Kunst Museum Winterthur —ciudad universitaria e industrial, próxima a Zurich— ha abierto sus puertas, al inicio de esta temporada, con una amplia muestra de la producción pictórica y escultórica del expresionismo en Suiza. Como explican Andrea Lutz y David Schmidhauser, comisarios de la muestra y conservadores de Reinhsrdt Museum de Winterthur, la exposición trata de exhibir el expresionismo en toda Suiza, no solo a Kirchner y sus amigos, sino reunir las temáticas, los grupos, las geografías tanto de núcleos urbanos como Zúrich, Basilea y Lucerna, como de los cantones de la Romandia y el Ticino y con obras de artistas originarios de diversos países, afincados en Suiza, a través de 120 obras de cerca de 40 artistas.
En esa historia la ciudad de Zúrich juega asimismo un papel destacado al aglutinar los intercambios creativos e intelectuales tras la primera guerra mundial
Una exposición que nos sorprende, de entrada, con un cartel que reproduce la obra Der Maler (1925), del pintor y escultor Hermann Scherer, que evoca a un pintor con un cuadro bajo el brazo en medio de un paisaje colorista de casas, árboles y montañas. De esta manera artistas como Cuno Amiet (1868-1961) y Giovanni Giacometti (1868-1933) — el padre del escultor Alberto Giacometti — exponen algunos retratos y paisajes de la mejor pintura expresionista suiza del primer tercio del siglo XX. Como apuntaba el historiador del arte Hans Trog (1864-1928) en Neue Zürcher Zeitung en 1908: “Amiet y Giacometti no fueron solamente los mediadores del modernismo francés en Suiza sino que igualmente promovieron intercambios con la vanguardia alemana”.
A esas iniciativas hay que sumar las de artistas como Oscar Lüthy (1882-1949) y Hans Arp (1887-1966), que se unieron con el pintor alemán Walter Helbig (1878-1968), para crear en un pequeño municipio como Weggis, la Moderner Bund (Alianza Moderna), como contrapeso al conservadurismo artístico de la Suiza del primer tercio del siglo pasado. En esa historia la ciudad de Zúrich juega asimismo un papel destacado al aglutinar los intercambios creativos e intelectuales tras la primera guerra mundial.
Un papel importante en este movimiento lo interpreta el grupo Rot-Blau (Rojo-Azul), fundado en 1924 por Albert Müller (1897-1926), Paul Camenisch (1893-1970) y Hermann Scherer (1893-1927), artistas que trabajaron bajo la influencia de Edward Munch y Ernest Kirchner. En la muestra de Winterthur destaca, sin lugar a dudas, la presencia de artistas extranjeros como el matrimonio Marianne von Werefkin (1860-1938) y Alexej von Jawlensky (1864-1941) y el pintor alemán Ernst Ludwig Kirchner (1880-1938), fundador del grupo Die Brucke (El Puente), cuyos cuadros coloristas y grabados destacan. Hay aportaciones temáticas peculiares como las versiones de San Sebastián vistas por Ignaz Epper (1892-1969) y Eduard Gubler, dos interpretaciones singulares del icono sacrificado a flechazos de San Sebastián.
Otro aspecto notable de esta excelente exposición es la selección de una serie de cuadros que abordan la temática industrial y la urbanización en Suiza
En un país netamente conservador como Suiza, lejos de cualquier movimiento revolucionario, sorprende el cuadro del pintor Otto Baumberger (1889-1961): Revolution, dedicado a la revolución rusa. Otro aspecto notable de esta excelente exposición es la selección de una serie de cuadros que abordan la temática industrial y la urbanización en Suiza, con obras de Otto Baumberger (1889-1961), los hermanos Eduard (1891-1971) y Max Gubler (1898-1973), Fritz Pauli (1891-1968), Ignaz Epper (1892-1969), Otto Morach 1887-1973), Arnold Brügger (1888-1975) y Fritz Baumann (1886-1942).
Finalmente sorprende en este proyecto, fundamentalmente pictórico de retratos, paisajes y naturalezas muertas, la presencia de varias esculturas de madera del artista alemán Hermann Scherer del que se exhibe una espléndida Maternidad de notable expresividad y rotundidad por sus formas y sensual volumen.
Estamos hablando de un expresionismo en Suiza influenciado, en aquella época por los centros artísticos de países como Alemania y Francia y con iniciativas del interés del grupo Le Falot (La linterna), creado en 1915 y protagonizado por los artistas suizos Maurice Barraud (1883-1964), Emile Bressler (1886-1966) y Gustave Buchet (1888-1963), un grupo caracterizados por cultivar una pintura post-impresionista y fauve. En ese sentido, la llegada de Kischner a Suiza y su permanencia varias décadas en Davos tendría una innegable influencia en diversos artistas suizos de la época. Estamos ante un trabajo minucioso y plural de Lutz y Schmidhauser sobre el expresionismo en Suiza a inicios del siglo XX.
(Expressionism Switzerland, Kunst Museum Winterthur. Del 10 de julio de 2021 al 16 de enero de 2021)