En esta quinta edición del Proyecto Escultórico de Münster se puede celebrar la evolución del arte público, su permanente vigencia y la continua renovación de propuestas que abarcan muy diferentes perspectivas y sensibilidades. En primer lugar, y antes de nada, hay que recordar que este proyecto nace de la mano del ya muy veterano comisario Kaspar König y de Klaus Bussman, y que en esta ocasión ha sido comisariada por Britta Peters (ya comisaria en la anterior), Marianna Wagner y nuevamente Kaspar König. Y por supuesto, por si todavía hay alguien que no lo sepa, que este evento internacional se realiza cada diez años, es decir cada dos Documentas. Münster es una ciudad del norte de Renania Westfalia, con una población de 300.000 habitantes de los cuales, aproximadamente, 60.000 son estudiantes. Fundada en el año 793 es conocida en toda Alemania por la “ciudad de las bicis”, ya que se calcula que todos los habitantes poseen al menos una bicicleta, algo que se nota nada más llegar a la ciudad. Es una pequeña ciudad universitaria, testigo de las fricciones del protestantismo y con una rica historia política. Desde 1977 es conocida en todo el mundo por el Skulptur Projekte Münster, un evento artístico único en el mundo y que desde su primera edición ha sido seguido y alabado tanto por artistas como por críticos, público y que, sin duda, ha significado una revalorización cultural y social de una ciudad que ya partía con el título de ser la más importante culturalmente de la zona.
En las ediciones anteriores se cuestionaría la idea de monumental, así como el de arte público
Si en 1977, su primera edición, se organizó básicamente como una exposición de museo centrada en la idea de reflexionar sobre el sentido de la escultura en el siglo XX, con una sección de “esculturas autónomas” en los Münster’s Schlossgarten más un anexo de 9 esculturas desperdigadas por la ciudad, quedó clara la intención de recuperar el valor y las características propias de un arte que supera simbólicamente el valor objetual de sus obras. Esa edición fue muy influenciada por las esculturas americanas de gran tamaño (Richard Serra, Donald Judd, Claes Oldenburg, Michael Asher –presente en tres de las cinco ediciones–, Carl André estuvieron presentes en esta primera edición), pero en las ediciones anteriores se cuestionaría la idea de monumental, así como el de arte público, llegándose a concebir como proyecto escultórico no solamente las es culturas sino las acciones realizadas en el espacio público.
En esta quinta edición (1977, 1987, 1997, 2007 y 2017) Münster sigue actualizando todos estos criterios y sigue siendo una cita imprescindible. Desde su primera edición, en la que únicamente participaron artistas hombres, en esta edición prácticamente la mitad de los artistas son mujeres. Por primera vez se expande hasta la ciudad vecina de Marl, ciudad industrial creada en 1936 y que es la otra cara de Münster (amable, cara, elegante y tranquila), y algunas de las instalaciones cuestionan ese carácter idílico en la propia ciudad de Münster.
La variedad de formatos, desde proyecciones hasta esculturas perecederas, acciones, luces… instalaciones, tienen cabida en el concepto de escultura pública
Una de las características conceptuales más interesantes es la autonomía que se le confiere al arte público, ajeno en su concepción a la historia y al uso de la ciudad, que cuestiona el propio concepto del arte público. La variedad de formatos, desde proyecciones hasta esculturas perecederas, acciones, luces… instalaciones, tienen cabida en el concepto de escultura pública, y finalmente la propia superación del concepto pública, que ya no parece tener que relacionarse cion el lugar ni con su función social, sino simplemente existir como obra.
Este año se pueden ver, junto a las 36 intervenciones de años anteriores que se han quedado permanentemente en la ciudad, 35 nuevas intervenciones, que en ocasiones dialogan con piezas anteriores, en ocasiones cuestionan el estatus del lugar y, algo completamente nuevo, en otras muchas ocasiones funcionan de forma completamente autónoma sin mantener ningún tipo de vínculo con el lugar. Entre estos 35 artistas destacan Gregor Scheneider, Jeremy Deller, Cosima von Bonin, Michael Dean, Thomas Schgütte, John Knight, Pierre Huyghe o HitoSteyerl. Sin que haya ni un solo artista latino, ni español, o portugués.
(Skulptur Projekte Münster, en toda la ciudad de Münster, Alemania. Desde el 1 de junio hasta el 1 de octubre de 2017)