La pintora que nos contaba cuentos ha dejado de pintar. Paula Rego ha fallecido en Londres, donde residía desde su juventud, en un año en el que su presencia artística está de absoluta actualidad. En España, puede verse una gran exposición suya en el Museo Picasso de Málaga, que sigue abierta para maravillar a aquellos que no hayan visto su extraña, original y excelente obra en sus exposiciones de la galería Marlborough (con quien lleva décadas exponiendo), o la gran antológica que le hizo el Reina Sofía en el 2007. También en la Bienal de Venecia es una de las figuras centrales de la exposición central que se puede ver en el Arsenal, The Milk of Dreams.
Su obra es una de las más características de su época, tanto por su temática como por su tratamiento
Paula Rego (Lisboa 1935-Londres 2022) nace en el Portugal de la dictadura de Salazar y, sus padres, fervientes anglófilos, la educan en Inglaterra. Pero antes, en su infancia, Paula queda bajo la tutela de su abuela mientras sus padres se instalan en Londres por cuestiones de trabajo de su padre. Su abuela será una figura clave para Paula, ella le enseña los cuentos infantiles tradicionales, las leyendas de la historia portuguesa, cuentos, historias terribles como todos los cuentos infantiles; que años más tarde ella convertiría en sus temas, sus historias, llenas de niñas, mujeres, brujas. Dibujos y lienzos que cuentan historias de mujeres, de sexo, historias nada amables, erotizadas, de terror, con unos colores oscuros y unos dibujos duros y contundentes. Más pesadillas que sueños amables.
Su obra es una de las más características de su época, tanto por su temática como por su tratamiento. Aunque en sus principios practicó una abstracción tradicional, sería una figuración con toques surrealistas, una línea figurativa reinventada por ella misma, lo que definiría su pintura. Esa figuración y una temática plagada de historias que todos conocemos, contadas de otra manera, unas historias en las que las mujeres de sus cuadros, esas niñas-mujeres grandes, desproporcionadas a veces, son las protagonistas. Historias de mujeres que son fácilmente asumibles en estos tiempos actuales a través de la narración pictórica especialmente fiel en sus dibujos.
La actitud radical, feminista y reivindicativa de Rego ha sido una parte fundamental de su trayectoria
Educada entre Portugal e Inglaterra, estos dos países se entrecruzan formando uno solo para ella. Se casó con Victor Willing, un destacado pintor inglés compañero de estudios en la Slade School en la década de los años 50, con quien tuvo tres hijos, y que falleció en 1988. Su obra, su personalidad y su pintura se construye entre estos dos países, igual que sus experiencias y su vida, y a los dos representó en la Bienal de Sao Paulo, en Brasil, a Portugal en 1969 y a Inglaterra en 1985. Aunque finamente, como ha quedado claro en la Bienal de Venecia este año, su obra nos representa a todos, pero muy especialmente a todas. La actitud radical, feminista y reivindicativa de Rego ha sido una parte fundamental de su trayectoria, aunque ha vivido momentos, a lo largo de su larga carrera, en los que no siempre, ni el feminismo ni la figuración, ni las mujeres artistas, fueron elementos ni actitudes justamente valorados.
Fallece esa señora que nos contaba historias que no eran para niñas sino para mujeres, historias mágicas que nos han atrapado en sus cuadros y sus dibujos durante décadas. Una gran artista que siempre prefirió ser ella misma, auténtica a pesar de las modas, terrible a pesar de la vida.