Hoy, día 12 de mayo, Marina Abramović (Belgrado, 1946) ha sido galardonada con el Premio Princesa de Asturias de las Artes 2021. Abramović, o “la abuela de la performance” tal y como ella se denomina, lleva desde los años setenta revolucionando el ámbito de la performance. Como ha expresado el jurado: “La valentía de Abramović en la entrega al arte absoluto y su adhesión a la vanguardia ofrecen experiencias conmovedoras, que reclaman una intensa vinculación del espectador y la convierten en una de las artistas más emocionantes de nuestro tiempo”.
La frontera, el dolor y el riesgo eran algunas de las características que subyacían sobre estas primeras obras
Sus primeras obras, Ritmos (Rhythm), exploraban a través del arte los límites de su propio cuerpo. En ritmo 0, una de sus obras más conocidas, la artista se posicionaba detrás de una mesa con diferentes objetos de toda clase, desde plumas hasta fustas y cuchillos, bajo las instrucciones de que el público podía utilizarlos sobre ella como quisiera. La frontera, el dolor y el riesgo eran algunas de las características que subyacían sobre estas primeras obras.
Otros de sus trabajos más conocidos son los que realizó en conjunto con Frank Uwe Laysiepen, más conocido como Ulay, en las que la amenaza y la inseguridad seguían presentes. Por ejemplo, en Rest energy (1980) Ulay tensaba la flecha de un arco apuntando a Abramović. Más adelante, esta idea de inestabilidad se extrapoló a la relación entre ambos y al concepto de cómo nos influimos el uno en el otro, como en Death self en la que juntando sus bocas inhalaban el oxígeno el uno del otro hasta desmayarse. Cabe destacar una de sus performances más famosas en 1988 cuando se encontraron en el centro de la Gran Muralla China.
Esta performance fue un adiós tanto para su pareja artística como sentimental, por lo menos hasta 2010 cuando a raíz de su retrospectiva en el MoMA, The Artist Is Present, volvieron a encontrarse. En esta monográfica se mostraba la trayectoria de esta artista ya consolidada mediante fotografías, performance, videos y piezas de sonido. Además, tuvo lugar la famosa performance en la que se sentó durante días en una mesa con una silla vacía, a disposición del público para poder mirarse cara a cara con la artista. Anteriormente cabe destacar Seven Easy Pieces (2005) en el Guggenheim Museum de Nueva York en la que reinterpretaba cinco performances míticas de artistas de la altura de Gina Pane o Vito Acconci y, además, creaba dos nuevas obras.
Esta performance fue un adiós tanto para su pareja artística como sentimental, por lo menos hasta 2010 cuando a raíz de su retrospectiva en el MoMA
Este primer premio a las artes, de las otras ocho categorías que faltan por dar, se otorgó el año anterior a Ennio Morricone y John Williams por su aportación al cine a través de la música. Años anteriores ha sido entregado a personalidades como el director teatral Peter Brook o el cineasta Martin Scorsese. Cabe también destacar el año 2019, el cual fue dado al Museo del Prado en el área de comunicación.