And you can count on being safe as houses/Underestimate my eyes/But you can’t argue with the image/The camera never lies/There’s no distance put between us/Safe enough for you to hide/I’m watching all of your secrets/The camera never lies1Y puedes contar con estar segura como casas/No subestimes mis ojos/Pero no puedes discutir con la imagen/La cámara nunca miente/No hay distancia puesta entre nosotros/Suficientemente segura para que te escondas/Estoy vigilando todos tus secretos/La cámara nunca miente.. Parece que Elton John ya valoraba las virtudes de la cámara fotográfica para revelar la verdad cuando, en 1988, componía e interpretaba esta canción, The camera never lies, incluida en su álbum Reg Strikes Back. Poco después, en 1991, empezaba su propia colección de fotografía, junto con su marido David Furnish, que a día de hoy contiene más de 7.000 imágenes.
La exposición que el Victoria and Albert Museum de Londres presenta hasta el 5 de enero de 2025, Fragile Beauty: Photographs from the Sir Elton John and David Furnish Collection es la continuación de la muestra que en 2016 presentó la Tate, The Radical Eye: Modernist Photography From the Sir Elton John Collection, y que cubría el periodo moderno de la colección del cantante, de 1920 a 1950. El V&A se centra ahora en las décadas posteriores, desde 1950 hasta hoy. Para ello, ha seleccionado más de 300 impresiones de 140 fotógrafos, muchas de ellas nunca antes expuestas.
La relación de John y Furnish con el V&A se retrotrae a 2014, cuando la pareja empezó a colaborar con la institución (en esa ocasión prestó una selección de fotografías de Horst P. Horst), y se fortaleció en 2019, con su apoyo al Centro de Fotografía del museo londinense. Con la que es la mayor exposición de fotografía realizada por el museo hasta la fecha se celebran ahora 30 años de coleccionismo inglés.
Society (ARS), New York
Los clichés, que pertenecen a fotógrafos fundamentales para comprender la evolución del medio en las últimas décadas, como Robert Mapplethorpe, Cindy Sherman, William Eggleston, Diane Arbus, Sally Mann, Zanele Muholi, Ai Weiwei y Carrie Mae Weems, coinciden en explorar la conexión entre la fuerza y la vulnerabilidad de la condición humana. La moda, el reportaje, la celebridad, el cuerpo masculino, la fotografía americana, los derechos civiles de los años sesenta, el activismo contra el SIDA en los ochenta y los eventos del 11 de septiembre de 2001 son algunos de los temas y momentos que articulan el conjunto de las obras presentadas. Entre las piezas estrella se encuentra una monumental instalación de 149 impresiones de Nan Goldin de su serie Thanksgiving, donde se documentan momentos íntimos y emocionales de la vida de Goldin y su comunidad desde 1973 hasta 1999, adquirida en 1999 al White Cube; un conjunto de once imágenes de Robert Mapplethorpe, que es uno de los fotógrafos más representados de la colección, con unas 100 imágenes y seis autorretratos, cada uno expuesto en cada casa del matrimonio; la imagen viralizada de Associated Press sobre las protestas de George Floyd; o lustrosos retratos de celebridades como el propio Elton John (David LaChapelle), Marilyn Monroe (Richard Avedon, Eve Arnold y Bert Stern), Candy Darling (Peter Hujar) o Andy Warhol y Jean-Michel Basquiat (Michael Halsband).
Le Pulp, Paris, 1999 © Nan Goldin. Cortesía de Nan Goldin y Gagosian
¿Cómo evoluciona una colección confeccionada a lo largo de más de tres décadas y que abarca más de ocho decenios de creación? ¿Cómo se materializa y se transforma el gusto estético del coleccionista? ¿Hasta dónde refleja el devenir de la fotografía y hasta dónde se muestra su propia identidad artística? ¿Aporta algo a la historia de la fotografía o no es más que un reclamo publicitario, dado el eco mediático que puede suscitar una estrella de la música pop de la talla de Elton John? Son algunas de las preguntas que cabría hacerse tras el visionado de todas estas imágenes.
La exposición del V&A es presentada en la web del museo como “el blockbuster de fotografía de este verano”
La anterior muestra de la Tate, aunque elogiada por su impecable museografía y su enfoque informativo, fue criticada por no aportar una visión novedosa sobre la historia de la fotografía, así como por la ausencia de figuras tan relevantes del marco temporal cubierto como Henri Cartier-Bresson, y la poca presencia de otros como Alexander Rodchenko y Edward Weston.
En esta ocasión, la exposición del V&A es presentada en la web del museo como “el blockbuster de fotografía de este verano”, además de con una serie de titulares tomados de artículos de los principales medios británicos, que anuncian con gran boato la muestra y que vienen acompañados del número de estrellas concedidas por los críticos. Todo esto dice mucho del mercadeo de la industria cultural de la que esta exposición podría ser reflejo. “A breathtaking exhibition of photography’s greatest hits and hidden gems”, declara The Standard. Y, al lado, cinco estrellas, el máximo otorgable.
Entre las primeras adquisiciones de la pareja coleccionista se encuentran fotografías de moda de clásicos como Horst P. Horst, Irving Penn y Herb Ritts; y, entre las más recientes, fotografías de Tyler Mitchell (millennial que registra “cómo esperamos ver las vidas negras”), Trevor Paglen (uno de los adelantados de la generación de fotografía con ayuda de la inteligencia artificial) y An-My Lê (vietnamita que relata los conflictos armados de Estados Unidos). Entre unas y otras se despliega todo un abanico de subgéneros y matices. De la fotografía social y documental, como la que da cuenta del asesinato de Kennedy, a las fotografías de moda de Joan Didion por Juergen Teller. De los retratos de los hijos de John y Furnish, por el artista Adam Fuss, a las imágenes abstractas de Paglen. Al tratarse de hechos acaecidos en vida del propio cantante, la selección parece mucho más personal que la primera parte mostrada en la Tate.
La presencia de Elton John es constante y no se puede obviar ni siquiera al final, con la gigante y brillante firma de la letra “E” cerrando la muestra. De la relación entre coleccionista y colección dan cuenta el propio cantante y su marido, que explican el por qué de la selección en un vídeo realizado para la ocasión. “Colecciono pintura, pero para mí nada dice más la verdad que una fotografía”. “Es muy importante para mí tener imágenes llamativas de asuntos políticos, humanos y sociales importantes. Esta gente arriesga sus vidas día tras día para tomar fotos en situaciones peligrosas y que nosotros veamos la verdad”.
En una sección, Desire, se presenta un conjunto de imágenes de hombres desnudos y semidesnudos realizadas por fotógrafos famosos. En la serie Hustler de Philip-Lorca DiCorcia se muestra “la vulnerabilidad del trabajador del sexo, la posición en que se pone esta gente a sí misma para alimentarse y sobrevivir. El drama, la sensualidad, la cortina roja y lo que va a pasar después”, relata la pareja.
“Colecciono por su belleza, no por su valor. Me asombran estas cosas”
Elton John
1962. © Bruce Davidson Magnum Photos
Sufrimiento y belleza forman un dúo presente a lo largo de toda la exposición, que abre con un cliché de Richard Avedon de un apicultor cubierto de abejas, y que encuentra su clímax en un conjunto de obras como las de Nan Goldin y Larry Clark, que exploran la muerte, la enfermedad y la fragilidad física, la adicción, el abuso y la decadencia. La propia colección empezó a fraguarse como resultado de una adicción (al alcohol y la cocaína), de la que Elton John se recuperaba después de terminar su rehabilitación en 1990. En el coleccionismo encontró una “adicción mucho más saludable”. Como relata la pareja, la colección guarda una relación intrínseca con sus propias vidas y con el propio trabajo filantrópico, garantizado a través de la Elton John AIDS Foundation.
¿El sufrimiento que capturan todas estas imágenes se ve justificado gracias a la finalidad artística? ¿No habrá un poco de fetichismo en toda esta selección, un poco de morbo y de cosificación? La muerte, la enfermedad y la fragilidad física, el sexo explícito de las últimas salas… Fragile Beauty no solo presenta el gusto particular de los coleccionistas, sino que también captura y refleja momentos icónicos de la historia, ofreciendo una visión profunda y emotiva del arte fotográfico. La exposición (o al menos la promoción que de ella se está haciendo) debería poder ser más que “la colección privada de Elton John y su marido”, más que las preferencias personales de los coleccionistas. Porque, ciertamente, estas obras pertenecen al imaginario colectivo, son testigos de nuestra historia: son imágenes de toda una era.
(Fragile Beauty: Photographs from the Sir Elton John and David Furnish Collection, V&A, Londres. Hasta el 5 de enero de 2025)
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