Inesperadamente para la mayoría, este lunes 11 de julio nos sorprende con el café en la mano el fallecimiento de José Guirao (8 de junio de 1959, Pulpí, Almería-2022, Madrid) una de las figuras más destacadas y conocida del sector cultural, y muy especialmente de las artes plásticas, de España. Al margen de su corto paso por el Ministerio de Cultura del gobierno de Pedro Sánchez (solamente dos años, 2018-2020), fue director General de Bellas Artes y Museos, director de la Casa Encendida, director del Reina Sofía, director general de Bienes Culturales de la Junta de Andalucía, anteriormente, y siguiendo una rápida cuenta atrás, licenciado en Filología Hispánica, tal vez el último de los ministros de cultura cercano a la cultura entre los escasos ministros de cultura a los que les ha importado la cultura, tanto en gobiernos del PSOE como del PP.
El último de los ministros de cultura cercano a la cultura
Pero todo esto pertenece a los datos obvios de una necrológica, lo que hay que resaltar de Pepe Guirao, Pepe para todos los habitantes del mundo del arte, ha sido inequívocamente una manera de hacer casi florentina, en la que destaca su calma y buenos modos, aunque fuese para asestar una puñalada. Gestor cultural en la exacta extensión y sentido de la palabra, estuvo siempre en el centro de la actividad institucional y artística del país, desde su Almería natal hasta Madrid, incluso en los últimos años en los que se escapaba lo más posible a su refugio extremeño en busca de una calma y un “relajo” que en la capital es imposible de encontrar.
Gestor cultural en la exacta extensión y sentido de la palabra
Es curioso recordar el clamor y alegría que causó su nombramiento como ministro de cultura, puesto que suele ser un chiste de mal gusto, el que nunca encaja, en todos los consejos de Ministros. Guirao se lo tomó en serio y desde Carmen Alborch no ha habido nadie en ese cargo con más carisma, aceptación y cariño. Algo que no supo ver ni comprender el presidente del gobierno, Pedro Sánchez, cuando en una remodelación de gobierno lo cesó para “hacer un hueco” a un político “que no podía quedar fuera”, que no podía haber quedado más fuera de lo que está, añadiría yo.
Una de las pocas personas con perfil político que desde la cultura, y muy especialmente desde las artes plásticas, será recordado por todos sus miembros
José Guirao ha sabido llevar con su elegancia y discreción habitual su enfermedad a término, sin dramatismos ni declaraciones, sin dramas. Alejado de las cámaras, entre su familia, amigos íntimos y allegados, y sus amados perros (una relación ya de la edad madura, su amor por los perros) se va demasiado pronto, una de las pocas personas con perfil político que desde la cultura, y muy especialmente desde las artes plásticas, será recordado por todos sus miembros. Que la tierra le sea leve.