anterior

“Constelaciones”, vida del Pompidou tras su cierre temporal

siguiente
Vistas del Centre Pompidou, París. © Sergio Grazia. Cortesía Centre Pompidou, París

El Centro Pompidou de París, emblema del arte moderno y contemporáneo, se prepara para un ambicioso proyecto de renovación que transformará sus instalaciones y fortalecerá su papel en el panorama cultural global. El proyecto lo llevará a un largo cierre temporal de cinco años, desde verano de 2025 a principios de 2030. Inaugurado el 31 de enero de 1977, el Pompidou no solo ha sido un faro de la vanguardia artística, sino también un espacio de encuentro y diálogo entre disciplinas diversas, reflejando su misión de ser más que un museo: un movimiento cultural dinámico y un puente entre el pasado, el presente y el futuro del arte.

Porque no hay que confundir el Centro Pompidou con el Musée national d’art moderne (Mnam), una de las colecciones de arte moderno y contemporáneo más importantes del mundo, abierta desde los años treinta, y que está conservada en sus instalaciones. El Pompidou es un gran ente: es el espacio donde se expone la colección del Mnam y las exposiciones que de él se derivan, pero también el espacio que acoge otras instituciones, como el IRCAM (Instituto de Investigación Musical y Acústica, fundado por el gran compositor Pierre Boulez), la Bibliothèque Kandinsky (biblioteca referente de los investigadores de arte moderno de todo el mundo) o la Bpi (Biblioteca pública de información, un vasto espacio de consulta y estudio integrado por unos 2.000 puestos de lectura, donde también se organizan actividades, festivales, conferencias o exposiciones).

A casi cinco décadas de su apertura, el Pompidou enfrenta desafíos inherentes a su icónico edificio diseñado por Renzo Piano y Richard Rogers (cuya fachada nos muestra lo que no deberíamos ver: las tuberías, las escaleras mecánicas, en definitiva, las entrañas), así como a su misión cultural. La renovación, que cuenta con un presupuesto de 262 millones de euros financiados por el estado francés, abarcará varios problemas técnicos detectados desde hace tiempo en sus instalaciones, desde el desamiantado (¿lo recuerdan, usuarios del metro de Madrid?) hasta la modernización energética y la mejora en la accesibilidad, garantizando así que el “Centro” (como lo llaman amistosamente los franceses) siga siendo un entorno seguro y acogedor para todos sus visitantes.

Didier Fusillier (presidente del Grand Palais) y Laurent Le Bon (presidente del Centre Pompidou). © Didier Plowy, 2024. Cortesía Centre Pompidou, París

El proyecto, que empezó a fraguarse en 2020 y se decidió en enero de 2021, ha ido posponiéndose poco a poco hasta concretar la fecha de inicio en el verano de 2025 (tras los Juegos Olímpicos del verano de 2024, periodo en que parecía crucial mantener abierto el Pompidou, uno de los espacios culturales de la capital francesa que más números de visitas genera). Se trata no solo de una necesidad estructural, sino también de una oportunidad para reinventar el Pompidou, alineándolo con los desafíos y oportunidades del siglo XXI. Se prevé una reorganización de sus espacios internos para ofrecer nuevas formas de interacción con el arte, haciendo énfasis en la multidisciplinariedad, la hospitalidad y la experimentación. Además, se potenciará su compromiso con la juventud y la eco-responsabilidad, reafirmando su liderazgo en la conversación global sobre el papel del arte y la cultura en la sociedad contemporánea.

Programación para el cierre

Sin embargo, durante el periodo de cierre el Pompidou seguirá vivo, más vivo que nunca. Eso es lo que se pretende con la iniciativa Centre Pompidou | Constellation, que busca ampliar su presencia a nivel nacional e internacional y expandir su influencia a través de una serie de colaboraciones y exposiciones temporales, tanto en Francia como en el extranjero. Parte de su colección será acogida por el Grand Palais, y se establecerán colaboraciones con el Louvre y otros museos, no solo en París sino también en regiones francesas y ciudades internacionales como Málaga y Shanghái. Este esfuerzo representa una estrategia para mantener activa y vibrante la misión cultural del Pompidou, llegando a un público más amplio y diverso.

El Pompidou se enfrenta al reto de financiar una parte significativa de su proyecto cultural relacionado con la renovación. Para ello, se ha embarcado en una ambiciosa campaña de recaudación de fondos y colaboraciones estratégicas, desde la renovación de acuerdos con los Centros Pompidou en Málaga y Shanghái hasta la apertura de nuevos espacios en Bruselas, Seúl y Jersey City, en Nueva Jersey. Estas iniciativas internacionales no solo buscan recursos financieros, sino también fortalecer la marca Pompidou y su influencia cultural a nivel mundial.

Jean Tinguely, Le Crocodrome de Zig et Puce, 1977.
© Centre Pompidou, 1977
© Adagp, Paris, 2024 et Niki de Saint Phalle
© Niki Charitable Art Foundation/Adagp, Paris, 2024
Nave del Grand Palais. © Chatillon Architectes pour Grand Palais Rmn, 2024

Si empezamos por la propia ciudad de París, donde es esencial mantener una programación activa, el Centro Pompidou ha establecido alianzas con varias instituciones. En primer lugar, el Grand Palais, que ha estado cerrado desde marzo de 2021, reabrirá sus puertas, totalmente restaurado, en 2025. Se programarán cuatro exposiciones al año en dos grandes galerías, Champs-Elysées (2 000 m2) y Seine (800 m2), y algunos de los espectáculos, programaciones de cine y encuentros que suele organizar el Pompidou se realizarán en otros espacios, como otras galerías y auditorios. Entre las exposiciones ya anunciadas están Niki de Saint Phalle, Jean Tinguely, Pontus Hultén (6 de junio de 2025 a 4 de enero de 2026), que recorrerá la colaboración artística de esta pareja que recibió el impulso del primer director del Mnam, Pontus Hultén, y cuyas máquinas animadas pueden verse de forma permanente en la plaza Kandinsky, en uno de los lados del Pompidou; Art brut (6 de junio a 21 de septiembre de 2025), que será la ocasión de ver la colección de Bruno Decharme, adquirida por el museo en 2022, compuesta por 921 obras de 242 artistas brut; y Henri Matisse 1941-1954. La couleur sans limite (10 de marzo a 19 de julio de 2026), que se centrará en el último periodo de Matisse: momento de revitalización y reinvención de su obra que surge de la convalecencia tras una grave operación; postrado en la cama, el anciano Matisse experimenta con la técnica del gouache recortado.

No es necesario haber leído muy atentamente este artículo para quedarse con unos pocos nombres que se repiten por doquier: Matisse, Kandinsky, Brancusi, surrealismo

El Museo del Louvre es la segunda de las instituciones beneficiadas con esta red de colaboraciones. Con la idea de un “museo imaginario” donde repensar la presentación de las colecciones nacionales francesas, repartidas entre distintas instituciones, este proyecto trata de hacer dialogar arte antiguo, moderno y contemporáneo a través de varios recorridos. El primero de ellos es L’Objet ou Histoires d’Objets (previsto entre octubre de 2026 y julio de 2027), que atravesará distintas épocas y campos, de la creación moderna a las artes decorativas (y estas, desde la Edad Media hasta el siglo XIX), para explorar el concepto de objeto de arte.

Museum of Fine Arts de San Francisco, Legion of Honor. Cortesía de Museum of Fine Arts de San Francisco

Otras instituciones parisinas donde podremos ver las colecciones y programación del Centre Pompidou son el Musée du Quai Branly – Jacques Chirac (donde se darán la mano artes primitivas y creación moderna y contemporánea), la Philharmonie de París (la exposición Kandinsky et la musique está prevista entre octubre de 2025 y enero de 2026), la Monnaie de París (con Georges Mathieu, de abril a septiembre de 2025), la Cité de l’architecture et du patrimoine, los museos de Orsay y de la Orangerie, el Rodin, el Musée national des arts asiatiques-Guimet y el Jeu de Paume.

No es el primer cierre por obras que ha experimentado el museo

Si nos dirigimos a la programación internacional, destacan varios museos e instituciones. Además de aquellos donde ya existía una colaboración (los llamados “satélites”: Centro Pompidou Málaga, KANAL-Centro Pompidou de Bruselas y el Centre Pompidou × West Bund Museum Project Shanghai), dos nuevos proyectos están en camino: en primer lugar, el Centre Pompidou Hanwha-Séoul, en Corea del Sur, que se abrirá en otoño de 2025 en un edificio de más de 11.000 m2, y donde están previstas ocho exposiciones (dos por año, durante cuatro años), sobre Marc Chagall, el cubismo, Vassily Kandinsky, Joan Miró, Henri Matisse, Georges Braque–Pablo Picasso, el surrealismo y Jean Dubuffet. En segundo lugar, el Centre Pompidou × New Jersey abrirá en 2027 en el edificio Pathside Building de Jersey City, en Nueva York, por un primer ciclo de cinco años (renovable), para acoger un centro de arte y cultura pluridisciplinaria, un laboratorio artístico y social.

Caixaforum de Madrid. Cortesía Fundación La Caixa

Asimismo, se han establecido tres nuevas colaboraciones de varios años con instituciones con las que alcanzar la consolidación de presencia a largo plazo en instituciones “amigas” y responder a los requisitos de impacto medioambiental. Las instituciones beneficiadas son, primeramente, la Fundación La Caixa (con quien el Centro Pompidou colabora desde 2005); en concreto, la sede de Barcelona, donde podremos ver una exposición consagrada a Matisse (sí, otra vez), y la de Madrid, que presentará una muestra sobre arte óptico. En segundo lugar, el H’Art Amsterdam, con retrospectivas sobre Kandinsky, Brancusi, Matisse, surrealismo y Léger. Y, en tercer lugar, el Museum of Fine Arts de San Francisco, en dos espacios, De Young Museum y Legion of Honor, con muestras sobre Brancusi, Kandinsky y Matisse. No es necesario haber leído muy atentamente este artículo para quedarse con unos pocos nombres que se repiten por doquier: Matisse, Kandinsky, Brancusi, surrealismo. Grandes blockbusters de manual.

Cierres históricos de un museo histórico

No es el primer cierre por obras que ha experimentado el museo. El “Beaubourg” —nombre por el que se conoce también, debido al barrio parisino en que se encuentra situado (y que dio lugar igualmente al apelativo “efecto Beaubourg”; denominación, esta vez, peyorativa, con la que el filósofo Jean Baudrillard denunciaba la espectacularización que sufren actualmente la cultura y los museos)— vio en pocos años cómo sus colecciones se duplicaban, quedando insuficientes sus espacios de exposición. Por ello, a partir de 1985 se intervino en las galerías contemporáneas, agrandándolas, y creando nuevos espacios como la galería del Forum, en la planta de entrada, dedicada a exposiciones de investigación, las más extravagantes e impactantes. El segundo cierre, el más importante antes del que se prevé en 2025, sobrevino entre 1997 y 1999, cuando Renzo Piano volvió a ponerse al mando, junto a Jean-François Bodin (las obras de 1985 las había dirigido el también italiano Gae Aulenti, al que debemos las reformas del Musée d´Orsay, anteriormente estación de trenes), para agrandar, restaurar y redistribuir espacios, renovar instalaciones técnicas y mejorar el acceso y el confort de los visitantes. Entre otras cosas, se redujo el enorme espacio que antes se consagraba al Forum, y se reconstruyó el taller del escultor Constantin Brancusi en un edificio anexo.

El cierre temporal del Centro Pompidou es, sin duda, un momento de reflexión sobre su impacto y su futuro. Pero más allá de la renovación física del edificio, este periodo representa una oportunidad para reafirmar y expandir su misión cultural. Al abrazar la pluridisciplinariedad, la inclusión y la sostenibilidad, el Pompidou se prepara para continuar siendo un líder en el diálogo cultural global, demostrando que el arte y la cultura son esenciales para entender nuestro mundo y a nosotros mismos. Este ambicioso plan, que mira más allá de los muros físicos del museo, promete no solo preservar el legado del Pompidou sino también proyectarlo hacia nuevas direcciones, explorando nuevas formas de participación cultural, experimentación artística y colaboración internacional. En este sentido, el proyecto de renovación y las actividades planificadas durante el cierre se convierten en un claro testimonio de resiliencia e innovación en el corazón del Centro Pompidou.