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Adiós a Rosa Queralt

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Rosa Queralt

De vez en cuando nos sorprende una noticia terrible. Algo que, por el paso del tiempo, deberíamos estar esperando pero que nuestro día a día oculta. Ha muerto Rosa Queralt, el pasado lunes en la ciudad que ella siempre quiso estar, en Barcelona (Barcelona 1934-2018). Con 84 años y preparando una nueva exposición para la Fundació Suñol, activa siempre, siempre, ocupada en el arte actual.

Su muerte es como una bofetada en la cara de todos los críticos, de todos los que todavía nos dedicamos al arte actual, porque Rosa Queralt ha sido una de nuestras maestras con su seriedad y conocimiento

Aunque se licenció en psicología por la Universidad de Barcelona, desde los primeros 70 se dedicó al arte y su huella en todos los artistas con los que trabajó sigue viva así como su recuerdo en todos los que la conocimos. Ha muerto una voz que ya llevaba tiempo alejada de la primera línea, porque Rosa Queralt siempre fue una señora elegante y culta, nada proclive a la lucha cuerpo a cuerpo por cualquier tontería, por conseguir un puesto. Seguramente su personalidad, la prudencia y la seriedad en su trabajo, su actitud medida y respetuosa con todo el mundo le ha dificultado tener una mayor visibilidad en un territorio siempre convulso como es el del arte actual… Ahora, después, me pregunto por qué nunca se le ofreció un puesto en ninguna institución, por qué no se le han hecho ya homenajes y se le han ofrecido premios. Ya no hace falta, lo único que nos queda es la obligación de la memoria: recordar a los mejores que se han ido debería ser una obligación para los que todavía estamos aquí. Hacer que su presencia y sus obras sigan vivas.

Seguramente su personalidad, la prudencia y la seriedad en su trabajo, su actitud medida y respetuosa con todo el mundo le ha dificultado tener una mayor visibilidad en un territorio siempre convulso como es el del arte actual…

Pero me temo que en ninguno de los cursos o masters sobre crítica de arte o comisariado que ahora proliferan como setas nadie hable de Rosa Queralt. Una crítica con rigor y seriedad, que escribía bien y que no hablaba de lo que no supiera. Pero los más jóvenes no han oído nunca su nombre. Los más mayores posiblemente la hayan olvidado. Su muerte es como una bofetada en la cara de todos los críticos, de todos los que todavía nos dedicamos al arte actual, porque Rosa Queralt ha sido una de nuestras maestras con su seriedad y conocimiento.

Comisaria en la Fundació Joan Miró, el MACBA, la Fundació La Caixa, el Museo Reina Sofía y el Círculo de Bellas Artes, entre otros muchos. Jurado en innumerables premios y concursos, colaboradora en prensa especializada (Lápiz, Quadern de les idees, les arts i les lletres y Arte y parte), en radio y televisión. Pero lo mejor siempre fue hablar con ella, oír sus opiniones, sus comentarios, ese fue su mejor legado para los afortunados que tuvimos la suerte de conocerla y compartir tiempo con ella. Nos queda una última oportunidad de rendirle homenaje: el día 26 se inaugura su última exposición, sobre Patricio Vélez, en la Fundació Suñol.