En la memoria colectiva un aniversario ayuda a estructurar y dar sentido a la experiencia del paso del tiempo. Marcar periodos significativos nos invita reflexionar, a mover la vista de atrás hacia adelante, de un lado a otro, a conectar diferentes temporalidades y comparar cómo somos con cómo fuimos. Revisar qué hemos hecho a lo largo de un mes, varios, un año, diez o veinticinco, nos proporciona marcos desde los que construir narrativas sobre nuestra identidad como individuos, como grupos y como sociedades. Con la celebración de ciclos establecemos puntos de referencia y así organizamos nuestra percepción temporal, obteniendo una suerte de sensación de control sobre el pasar del tiempo que alivia la angustia que suele generar la incertidumbre futura. Los aniversarios, pues, funcionan como rituales simbólicos en los que pretendemos que coexista la noción de continuidad con la renegociación de identidades personales y colectivas. Que vivamos atravesadas por lo cíclico es comprensible: el interés por la repetición de intervalos regulares tiene raíces profundas no solo en nuestra psicología sino en la cultura, la historia, la sociología, y el pensamiento en general.
En sintonía con la pulsión de echar la vista atrás como forma de reafirmarse en el presente, La Casa Encendida celebra, durante todo 2025, el 25 aniversario de su reconocido premio Generación –o Generaciones en función de si se habla de una o varias de sus ediciones– con un programa expositivo que busca abordar transversalmente tres temas: el contexto en el que surgió la iniciativa, su impacto en las trayectorias de los artistas premiados y su repercusión en el ecosistema artístico estatal. Para ello plantea cuatro exposiciones, dos de las cuales se inauguraron el pasado jueves 23 de enero, otra que lo hará a mediados de mayo y una última que abrirá sus puertas a finales de septiembre, todas curadas y coordinadas por personas que, de una manera u otra, han tenido vinculación con el premio o la institución a lo largo de los últimos veinticinco años.
Lo que ha cambiado durante este primer cuarto de siglo en la producción artística no han sido tanto los temas en torno a los que gira, sino los lenguajes a través de los que se expresa
Generación se convoca anualmente desde el año 2000 y en cada edición resultan ganadores un máximo de diez proyectos de creadores de cualquier disciplina menores de 35 años, residentes en España, seleccionados por un jurado compuesto por profesionales del mundo del arte. En sus bases el premio se enuncia como una plataforma desde la que dar a conocer las prácticas visuales emergentes, y establece como uno de sus objetivos principales generar un espacio público para el debate y la crítica en torno a la producción y el pensamiento contemporáneos. Los artistas premiados reciben una dotación económica para desarrollar su propuesta y con las obras finales se producen, a principios de cada año, una exposición de nombre homónimo al premio y su fecha correspondiente, y una publicación. Si bien a lo largo de sus veinticinco años de existencia, el formato de la convocatoria, su gestión y la naturaleza del premio se han transformado sustancialmente; desde sus inicios, la selección de proyectos se ha hecho atendiendo a su capacidad para reflejar los intereses conceptuales, materiales y discursivos de cada momento. Una intención, la de ser archivo y registro de las corrientes artísticas y de pensamiento, que vertebra la Colección Fundación Montemadrid, entidad privada sin ánimo de lucro vinculada históricamente a la antigua Caja de Ahorros y Monte de Piedad de Madrid, gestora de La Casa Encendida, a la que las obras entran a formar parte al ser premiadas. A día de hoy, la colección alberga en sus fondos obra de figuras destacadas del panorama artístico estatal, premiadas en alguna edición de Generación, como Eva Fàbregas, June Crespo, Dora García, Pedro G. Romero, Lara Almarcegui, Teresa Solar, Oriol Vilanova, Cristina Garrido, Julia Spínola o Fuentesal Arenillas, entre muchas otras.
De la revisión de esta colección y del trabajo con el “vestigio de las veinticuatro generaciones anteriores”, tal y como lo describe su curadora Rocío Gracia Ipiña, surge Veinticuatro años y un día, una de las dos muestras que da comienzo a las celebraciones del aniversario. Se trata de un ejercicio de nostalgia contenida basado en la idea de que lo que ha cambiado durante este primer cuarto de siglo en la producción artística no han sido tanto los temas en torno a los que gira, sino los lenguajes a través de los que se expresa. Bodegón, paisaje, historia, costumbrismo y retrato son los epígrafes bajo los que se presenta una selección heterogénea de obras que, más que una exposición, lo que configura es un proyecto en curso que incluye un ciclo de proyecciones audiovisuales, un programa de actividades públicas y la creación de un microsite a modo de archivo con información sobre cada una de las ediciones del premio.
La otra exposición con la que se inicia la conmemoración, la dedicada a los proyectos ganadores de la XXV edición del premio, Generación 2025, presenta, bajo el comisariado técnico de la artista y arquitecta Andrea Muniain, las propuestas de Álvaro Chior, Noela Covelo Velasco, Tana Garrido Ruiz, Marina González Guerreiro, Isabel Merchante, Mar Reykjavik, Elián Stolarsky y Javier Velázquez Cabrero. Juntas configuran un paisaje visual y sonoro en donde están presentes preocupaciones que van desde la materialidad del tiempo y la fisicalización de la voz, a los componentes afectivos inherentes a los procesos de traducción, las relaciones cuerpo-naturaleza o la (im)posibilidad de la visualización de imágenes y su institucionalización. Es decir, en los proyectos seleccionados, según Muniain, se reflejan la reflexión en torno a la temporalidad, la abstracción y el lenguaje, algunos de los grandes temas que caracterizan el arte de las generaciones jóvenes. Como nota, cabe destacar la itinerancia que tras su paso por La Casa Encendida llevará la muestra Generación 2025 al MARCO de Vigo, recuperando una práctica que desde hace varias ediciones había dejado de hacerse. Con esto, la organización busca visibilizar y dar difusión al trabajo de estos artistas fuera de la capital.
A estas muestras les seguirán Adónde irá el pájaro que no vuele y Oro tejido con paja. En la primera, los curadores Ángel Calvo Ulloa y Julia Castelló –ganadores en 2014 y 2018, respectivamente, del premio Inéditos, la otra gran convocatoria de La Casa Encendida– se distancian de las prácticas revisionistas para proponer una exposición en la que una selección de artistas premiados en anteriores ediciones de Generaciones, presentarán proyectos inéditos realizados a la luz de este vigésimo quinto aniversario. Y en la segunda, en una apuesta por ofrecer una imagen lo más completa posible del panorama artístico de las últimas dos décadas y media, es decir, por componer una historia no limitada a los ganadores de Generaciones, la curadora y editora Beatriz Alonso, reúne a una serie de creadores que, por haber nacido antes de 1965, no pudieron participar en la convocatoria del premio en ninguna de sus ediciones.
Los aniversarios funcionan como rituales simbólicos en los que pretendemos que coexista la noción de continuidad con la renegociación de identidades personales y colectivas
Ciertas teorías sobre la performatividad y los rituales nos resultan útiles para entender que actos conmemorativos como los aniversarios, para los cuales se trabaja en desarrollar programas especiales que resalten la excepcionalidad de la fecha, a menudo bajo la premisa de la celebración y la revisión crítica de su propia historia, lo que hacen es reforzar una identidad. Sabiendo que celebrar ciclos nos ancla al presente, genera una especie de reafirmación y promueve la sensación de que pase lo que pase a partir de este momento, al menos podemos contar con la tranquilidad de haberlo hecho bien hasta entonces, conviene tener cuidado y no despistarse, no sea que el ancla no vuelva a levantarse y no nos permita zarpar.
Generación 2025, La Casa Encendida. Hasta el 20 de abril de 2025
Veinticuatro años y un día, La Casa Encendida. Hasta el 29 de junio de 2025