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Red Itiner: otros espacios para el arte

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Cortesía de la Red Itiner. Fotografía de Andrés de Gabriel

La Red Itiner, que estos días renueva su oferta expositiva, deja constancia de una realidad: hay vida más allá del Triángulo del Arte (aunque muchos no lo crean). Este Triángulo de Oro, como también se le conoce, está compuesto por el grupo de museos que se ubican en Madrid en la zona del Paseo del Prado. Sus tres vértices son el Museo del Prado, el Museo Thyssen-Bornemisza y el Museo Reina Sofía, pero su fuerza centrípeta —económica, hegemónica, simbólica— se ha ido intensificando y extendiendo progresivamente con el paso de los años, lo que supuso la instalación de otras instituciones muy próximas: el CaixaForum Madrid y la Tabacalera son dos claros ejemplos. De esta forma, alrededor de este “Triángulo de las Bermudas”, también orbitan otras entidades, igualmente cercanas, como es el caso del Museo Arqueológico Nacional (MAN), la Biblioteca Nacional de España, el Museo del Libro, la Fundación MAPFRE, el Museo de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando, el Museo ICO, el Museo Nacional de Artes Decorativas, el Museo Naval de Madrid, el Museo Nacional de Antropología, la Casa de América, la Casa-Museo de Lope de Vega, La Casa Encendida, el Museo del Romanticismo o el Museo de Historia de Madrid, entre otros; así como numerosos espacios de arte contemporáneo privados, como colecciones (un claro ejemplo es la Colección SOLO) y galerías de arte, cuyo núcleo se distribuye principalmente en la capital madrileña entre la calle Doctor Fourquet y el barrio Salamanca.

Cortesía de CaixaForum Madrid

En unos pocos kilómetros cuadrados, confluyen en el centro de la capital (en el centro de nuestro país) decenas e incluso cientos de instituciones, si contamos las galerías, fundaciones, museos, espacios de arte, colecciones y demás. Este perímetro, este triángulo ampliado, centro geográfico, pero también político-económico, deviene igualmente centro del arte contemporáneo, pues allí residen (en una mayor densidad) los centros de arte contemporáneo. De poco o nada sentido tiene ubicar un centro más en este centro, a menos que pensemos claro en términos mercantiles, de visibilidad y exposición, pero en ningún caso en términos urbanos, ciudadanos, humanos. El visitante que va a la capital (o el propio ciudadano madrileño) y que está interesado por el arte y la cultura, asiduo espectador de exposiciones, no da abasto con tanta oferta expositiva, con este despliegue de instituciones, de actividades programadas, de tours imprescindibles y muestras fundamentales. Por eso quizás haya que tratar de motivar un ejercicio inverso: una fuerza centrífuga en vez de centrípeta, un escapar del centro en lugar de ansiarlo, una descentralización de las posibilidades culturales en lugar de una centralización compulsiva.

Cortesía del MNCARS

Con esta ambición nacía hace unos años el programa de exposiciones de la Comunidad de Madrid de la Red Itiner, que consiste en una plataforma de colaboración cultural entre la Comunidad de Madrid y los municipios de la región para promover el acceso al arte y contribuir a la descentralización cultural a través de un programa anual de exposiciones temporales que viajan por los 75 municipios adheridos. Desde Buitrago de Lozoya hasta Valdemorillo, desde Parla hasta Móstoles o San Fernando de Henares, la Red Itiner materializa aquello que avisaba este artículo en su comienzo, que, efectivamente, hay vida cultural más allá del Triángulo del Arte. Y no solo esto, sino que es allí, muy probablemente, donde quizás con más fuerza y reflexión deben intensificarse este tipo de acciones y operaciones, donde más deben germinar las actividades y exposiciones, siempre que esto, por supuesto, tenga un sentido comunitario, estudiado y comprometido para con estos lugares y no suponga una mera ampliación del triángulo, es decir, un proceso de gentrificación.

Nines Mínguez, Ouka Leele, doble mirada, 1997. Cortesía de la Red Itiner

En cualquier caso, el potencial del proyecto de la Red Itiner es muy grande, al acercar exposiciones y propuestas de arte contemporáneo de gran interés a los municipios de la Comunidad de Madrid, dando la oportunidad de conocer y contemplar obras y proyectos expositivos sin la necesidad de sufrir una hora (o más) de transporte público y con el añadido del carácter itinerante de estas muestras, que van de municipio en municipio, durante todo el año. En la actualidad, el programa expositivo de la Red Itiner ha inaugurado ya gran parte de su exposiciones, que irán rotando aproximadamente un mes en cada ubicación.

Don Fermín. Una leyenda contemporánea de Manuel Marsol. Exposición de la Red Itiner de 2022. Cortesía de la Red Itiner

Por poner un par de ejemplos de las muestras que ya pueden visitarse, podemos señalar varias de ellas. A comienzos de este mes, el 1 de febrero, en el Centro de Cultura Adolfo Suárez se presentaba la muestra La fotografía madrileña en tiempos de la Movida, que recoge la obra de algunos fotógrafos madrileños que coexistieron temporalmente con este fenómeno social y artístico de la Movida. Por otra parte, el pasado 6 de febrero se inauguraba en Parla la exposición ¡Hazlo tú mismx! Fiesta y fanzine en la colección del Museo CA2M, que podrá visitarse hasta el próximo 26 de febrero en la Casa de la Cultura y que pone de manifiesto la vinculación de los fanzines (publicaciones autogestionadas) y de la cultura do it yourself con la fiesta y las subculturas. Un último caso, de los múltiples que hay, es el de la muestra inaugurada este mismo 7 de febrero en la Sala de Exposiciones de Buitrago Lozoya, Formas de ver: perspectiva satélite, que reúne una selección de 23 obras de la colección de la Fundación Alberto Jiménez-Arellano Alonso de la Universidad de Valladolid y que propone un recorrido por los años noventa y la primera década del siglo XXI a través de obras firmadas por Cristina Alabau, Illán Argüello, Ricardo Cadenas, Carmen Calvo, Ceesepe, José Manuel Ciria, Juan Cuéllar Costa, Damián Flores, Bernardí Roig, Mar Solís, Juan Ugalde y Concha Ybarra, entre otros. El resto de exposiciones, así como la itinerancia programada para cada proyecto, se encuentra en la web de la Red Itiner, para quien desee consultarlo.

Patricia Gadea, Relajación de la memoria (Power rangers), 1996. © VEGAP. Colección Museo CA2M

Queda claro: ciertamente, hay vida (y mucha) más allá del Triángulo del Arte. Y esta no es vida extraterrestre, sino actividad y agitación artístico-cultural de gran interés. Rotando lejos del centro (a pesar de hallarse en la Comunidad de Madrid), estas exposiciones conforman una maraña de núcleos descentralizados, una oferta cultural que deviene en red, que se mueve, que se acerca al ciudadano, que no se rinde a los flujos concéntricos y que disemina, propaga, intensifica, redistribuye, que ensancha y expande los horizontes expositivos para llegar a donde tiene que llegar, para ubicarse allí donde más sentido tiene, lejos del centro, lejos del Triángulo del Arte. Ahí debemos abrir nuevos senderos, nuevas redes, otros espacios para el arte.